El cambio climático es un debate a medias. Por un lado, la comunidad científica y ambientalistas reclaman fondos y medidas eficientes para disminuir la emisión de dióxido de carbono fósil. Por el otro, existen sectores que buscan postular que el calentamiento global y el daño al medio ambiente no es más que una farsa, una mentira de la Agenda 2030. La información de lo que está pasando se filtra, sufre manipulaciones y el planeta continúa muriendo.
Para combatir la desinformación y proponer líneas de acción para mitigar el cambio climático, este miércoles 14 de julio tuvo lugar un conversatorio en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), donde se alertó:
"El 1,5° ya lo estamos alcanzando y todo parece indicar que en algunos años ya estaremos por arriba del 2°, respecto de la temperatura media global que había antes de la Revolución Industrial".
Ante este panorama, la investigadora del Conicet, Carolina Vera, recordó que el "cambio climático producido por las actividades humanas ya está afectando a todas las regiones del planeta de múltiples formas" con las olas de calor, lluvias torrenciales e incremento de sequías, por ejemplo. En ese sentido, señaló que hay una diferencia crucial entre las regiones comprometidas, que la marca "la vulnerabilidad socioeconómica y las condiciones de mayor o menor exposición".
Gestionar el riesgo
El ingeniero Gabriel Blanco, por su parte, analizó qué variables funcionaron en la reducción de emisiones globales de CO2 fósil a lo largo del último medio siglo: la primera y segunda crisis del petróleo, la disolución de la Unión Soviética, la crisis financiera global del 2007 y 2008 y, por último, la pandemia por Covid-19. Y no es casual.
Estos cinco hitos tienen un hilo en común: "Se dieron cuando se produjo una disminución en la producción y consumo de bienes y servicios. Son los únicos momentos que produjeron esta reducción temporaria de la emisión de dióxido de carbono fósil". Al respecto, declaró:
La situación en Latinoamérica y Argentina
Blanco expuso que, si bien "los principales emisores son el Este de Asia, con el 27%, y Norte América con el 12%", "la región de Latinoamérica y el Caribe acumula un 10% de la responsabilidad de las emisiones. Somos parte del problema global".
Lo cierto, aseguró, es que "el desarrollo tecnológico en Argentina no ha logrado impactar significativamente debido a la falta de un sistema económico sostenible". Las emisiones del país son bajas, pero están ligadas a prácticas insostenibles en la producción agrícola y energética.
"Argentina posee recursos, pero carece de capital y tecnología para su desarrollo efectivo". De hecho, Argentina cuenta con una Ley de Cambio Climático, es signataria del Acuerdo de París y ha presentado las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), donde se compromete a reducir las emisiones y a implementar acciones de adaptación.
¿Cómo mitigar los efectos? ¿es posible?
El investigador propuso como primeros pasos para una transición energética:
- Diálogo entre actores para llegar a consensos básicos;
- redireccionamiento de subsidios para apalancar la transición;
- políticas para desarrollar otras formas de producir energía y alimento;
- planeamiento urbano;
- y, ante todo; el cambio del uso del suelo y transformaciones de los procesos socioeconómicos.
Todo indica que salvar el planeta, y a nosotros mismos, es posible, aunque faltan los compromisos de líderes políticos en pos de realizar esfuerzos eficientes.
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