Los pronósticos parecen haber acertado: se desató la Tormenta de Santa Rosa que, según la creencia popular, tiene lugar alrededor del 30 de agosto y se caracterizaría por ser una tormenta especialmente intensa. Pero ¿cuál es la explicación metereológica de este fenómeno? ¿Se da todos los años?
La famosa tormenta de finales de agosto está ligada a la celebración del día de Santa Rosa de Lima. Y este año los pronósticos cumplieron con el mito: habrá lluvias durante el 30 y 31 de agosto en una importante zona del centro-este de Argentina.
Según el Servicio Metereológico Nacional, tendría lugar para estas fechas el desarrollo de un sistema de baja presión, proceso llamado ciclogénesis, sobre la región pampeana, lo que daría lugar a lluvias y algunas tormentas. Por el momento, las provincias con mayores probabilidades de tener la famosa tormenta de Santa Rosa son Entre Ríos, Buenos Aires (incluye CABA), Santa Fe, Córdoba y el este de La Pampa.
Básicamente, la información que brindó Meteored, indica que las zonas más afectadas seguramente resulten Entre Ríos y el norte de Buenos Aires, donde, pronostican, hay zonas que podrían alcanzar "registros de hasta 80 mm, especialmente sobre zonas cercanas al Río de La Plata".
La explicación científica
"Lluvia" y "tormenta" son conceptos que se utilizan, con frecuencia, como sinónimos. Pero no significan lo mismo: el glosario de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), dice que, para que haya tormenta, tiene que haber actividad eléctrica. Es decir, sin descargas repentinas de electricidad atmosférica acompañadas por un resplandor (que es el relámpago) y un sonido estridente (el trueno), no hay tormenta.
Luego, la realidad es que en la región patagónica las tormentas no son algo común, por lo que la tormenta de Santa Rosa no aparece muy a menudo. Algo similar ocurre en el Noroeste Argentino, donde en esta época predomina una estación seca, días despejados y con mucho sol.
No obstante, en el centro y noreste del país esta temporada sí se presta a la aparición de tormentas. El SMN detalla: "Desde mediados y finales de agosto, la atmósfera es sometida a cambios en su circulación debido a la proximidad de la primavera, lo que favorece la presencia de aire cálido, más humedad y condiciones propicias para su desarrollo".
Esto nos explica los factores principales que tienen que ver, a fin de cuentes, en la probabilidad final de que la esperada tormenta llegue a finales de agosto o no.
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