¿Hay relación entre la transición energética y la reducción de las desigualdades de género? En el sistema científico argentino el camino aún es largo, pero definitivamente hay avances en la participación de las mujeres en el sector energético, quienes prefieren orientarse a las energías renovables. La promoción de la cadena del hidrógeno y la descarbonización de las matrices energéticas y productivas puede prometer más de un cambio positivo en la sociedad.
Si bien la mayoría de quienes investigan son mujeres –6 de cada 10–, solo 3 de cada 10 puestos directivos en organismos son ocupados por ellas. Aunque el techo de cristal y los estereotipos de género siguen vigentes y los puestos de poder son reservados para los hombres, las mujeres aumentaron su participación en el sector y, en energías renovables, representan actualmente un 30 %.
Además, la brecha de género se traslada a la diferencia entre ingresos y puestos de poder dentro del sector.
¿Por qué el desarrollo de energías renovables puede impulsar el cambio?
María Verónica Barzola, presidenta de Asociación de Mujeres en Energías Sostenibles (AMES) y gerente de marketing de Goldwind Argentina, señaló en un artículo publicado en Climate Tracker.org que "el sector de los hidrocarburos es más conservador que el de las energías verdes".
Al respecto, la economista Evelin Goldstein (AMES), coincidió en que la transición energética abre una oportunidad para la incorporación de más mujeres al sector: “Hoy las energías renovables emplean a unas 12 millones de personas a nivel mundial y se espera que para 2050 alcancen los 20 millones. Podemos pensar que el camino de la transición energética puede ser también un camino hacia una mayor equidad. Pero para esto, se necesitan políticas dirigidas que busquen promover la participación de mujeres en carreras técnicas y derribar estereotipos desde la educación inicial”, sostuvo.
Cómo se reparte el porcentaje en cada área. En la actualidad, las mujeres componen cerca del 30 % de los trabajadores de centrales eólicas; el 21,6 % en centrales solares; el 16,7 % en pequeños aprovechamientos hidroeléctricos y el 15,4 % en proyectos de biomasa. En tanto, la participación laboral femenina disminuye en sectores tradicionales como centrales hidroeléctricas (11,3 %) y centrales térmicas (9,9 %).
¿De dónde proviene esta desigualdad y qué se plantea para reducirla?
Para la ingeniera ambiental María Sol Aliano, es clave cuestionar por qué "los temas de género solo convocan a las mujeres. Sigue habiendo algo que no se puede romper, los varones no se sienten interpelados".
Especialmente, una de las barreras más complicadas de sortear en la brecha de género es la de los estereotipos. Según un estudio de la Cátedra UNESCO "Mujer, Ciencia y Tecnología en América Latina", 9 de cada 10 niñas de entre 6 y 8 años aún asocian la ingeniería con destrezas masculinas. Si bien hay un lento progreso, los sesgos culturales se refuerzan constantemente, y esto se ve reflejado también en el tiempo dedicado a las tareas de cuidado: ellas dedican, en promedio, 6 horas diarias frente a 3,4 que dedican los varones.
Qué políticas podrían implementarse. La propuesta que más cobra impulso es en avanzar en las licencias igualitarias por maternidad y paternidad. Otra es alentar la postulación de mujeres en el sector, con búsquedas internas y cupo de género, y capacitación de género al personal de reclutamiento.
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