En Argentina suman 60 las muertes por falta de tratamiento oncológico a pacientes del sistema público de Salud, el trasfondo de las políticas de libre mercado

El primer año de Javier Milei como presidente de Argentina ha estado marcado por variables sumamente preocupantes, como el incremento de la pobreza e indigencia, a nivel nacional, que escaló a un alarmante 52,9% en el primer semestre del 2024. En el área de Salud el panorama no resultó mejor: según la Federación de Profesionales de la Salud (FESPROSA), la cifra de muertes por los ajustes en tratamientos oncológicos suma, como mínimo, 60.

No obstante, el Gobierno ha celebrado con euforia el superávit fiscal a costa de miles de despidos y cientos de recortes en todas las áreas. Mientras, las políticas de libre mercado lo abarcan todo, incluso el acceso a los medicamentos y a la atención médica. Tanto así que hoy estamos hablando de muertos por ajustes estatales y la privatización del sistema de salud pública en Jujuy, que deja sin cobertura a miles de personas sin obra social ni prepaga.

En cuanto a los fallecidos por falta de tratamientos para mantener a raya y superar el cáncer, FESPROSA y organizaciones civiles denuncian que es consecuencia directa de la parálisis de la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (DADSE) y la discontinuidad de la entrega de los tratamientos a centenares de pacientes. Por eso, presentaron un amparo judicial que actualmente está en curso. Estiman que son al menos 60 las víctimas de la negligencia estatal.

Por otro lado, es esperable que la cifra aumente en los próximos meses, ya que el presupuesto nacional contempla un gran recorte a los fondos destinados para el Ministerio de Salud de Nación. A la vez, esto perjudica abruptamente la partida 22, que cubre medicaciones contra el VIH, la tuberculosis y la hepatitis C, que quedaría reducida en un 76%.

En ese sentido, FESPROSA advierte que Nación va hacia una “reducción absoluta” en materia de salud, y denunció que el reciente pase a venta libre de los remedios que se vendían bajo receta y que eran de gran demanda les quitó a los usuarios los descuentos que, hasta ahora, hacían las obras sociales. Lo que se complementa, por desgracia, con la eliminación del programa de medicación gratuita del PAMI que cubría el tratamiento de jubilados con patologías crónicas.