A tres años de la aprobación de la Ley de Etiquetado Frontal en Argentina, todavía se sigue discutiendo su efectividad o beneficios en la sociedad. La misma se creó para dar información nutricional comprensible a los usuarios sobre los productos envasados. Sin embargo, un grupo de diputados quiere eliminarlos completamente.
Los dirigentes del partido Propuesta Republicana (PRO), Alejandro Bongiovanni y Daiana Fernández Molero, sostienen que se trata de: “una mala ley exclusivamente paternalista que no sirve, no te informa. Si todo tiene sello, nada tiene sello”.
Su proyecto de ley sostiene que la derogación del Régimen de Etiquetado Frontal (Ley N.º 27.642) permitiría la restitución de la libertad de productores y consumidores de alimentos. Otro de sus argumentos es que, a nivel internacional, los alimentos de Argentina no compiten en el exterior, ya que los octógonos intimidan a los compradores y empresas.
Sin embargo, en su presentación no detallan una alternativa o datos estadísticos que validaran su punto o que se trate de una mala ley. Tampoco presentaron un espacio donde se pueda leer por completo su iniciativa y qué otros argumentos son los que impulsaron su formulación.
¿Funciona la ley de etiquetado en Argentina?
Desde su sanción e implementación dos años más tarde, 23/03/2023, hubo mucha crítica sobre la medida, señalamientos de que arruinaría la compra de diferentes elementos y afectaría a las empresas que los producen.
Pero desde ese mismo momento, los cambios se hicieron visibles no solo en las góndolas, también en los estudios realizados por distintas organizaciones. La Pontificia Universidad Argentina (UCA) presentó una recopilación de varias investigaciones sobre el tema. Estos son los datos más destacados.
En primer lugar, el Barómetro de la Deuda Social de la Infancia junto a Fundación Alimentaris, un tercio de los hogares que encuestaron, reconoce haber disminuido el consumo de ciertos alimentos gracias al etiquetado frontal.
Luego, la Dirección Nacional de Abordaje Integral de Enfermedades no Transmisibles del Ministerio de Salud de Argentina, presentaron que un 80% de sus encuestados considera “clara y simple” la presencia de los octógonos. Incluso, determinaron que la intención de compra se modifica al ver productos sin sellos o con menos sellos.
Por último, uno de los casos más destacables es el de la marca de postres Serenito. Durante la sanción del proyecto de ley, lanzaron un comunicado desalentando la importancia de la misma. A pesar de ello, escucharon sus críticas y reclamos para terminar lanzando sus postres “libres de sellos”.
La realidad es que en el país los sellos ya se han instalado en la sociedad y es más habitual verlos que no hacerlo. En caso de que este proyecto tenga un verdadero empuje político, deberá pasar por el Senado y la Cámara de Diputados para su aprobación.
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