Los jóvenes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires están en el centro de las preocupaciones, porque los resultados de un estudio sobre prácticas de riesgo adictivo arrojan más claridad sobre lo que ya sospechábamos: el consumo de sustancias psicoactivas, el uso excesivo de pantallas y las apuestas virtuales son parte de la vida diaria para miles de ellos.
Se trata del Estudio de línea de base sobre prevalencia de Prácticas de Riesgo Adictivo que realizó, en conjunto, el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de CABA y el Observatorio de la Deuda Social Argentina (OSDA) de la Universidad Católica Argentina (UCA).
El tamaño de la muestra fue de 6.002 hogares/personas en todas las comunas que pertenecen a la ciudad. Son datos representativos de la prevalencia de los consumos de drogas como la marihuana, ansiolíticos y cocaína, comportamientos en las apuestas y el hábito del uso del celular en la población adulta. Los mayores perjudicados en casi todas las áreas suelen ser los jóvenes de entre 18 y 30 años.
Hallazgos
Para forjar estrategias públicas de prevención y tratamiento de las prácticas habituales convertidas en adicción, se propuso estimar la magnitud, las características, los contextos, la percepción de riesgo y los factores asociados de cada cuestión. Y eso puso de relieve qué grupo etario y socioeconómico presenta mayor necesidad de atención.
Uso excesivo del celular
La población joven (18 a 30 años) presenta el mayor uso de celular, quienes además tienen, en un 40%, un comportamiento de riesgo alto. Solo uno de cada diez jóvenes presenta un comportamiento libre de riesgo.
No solo eso, sino que también se entrevistó a aquellas personas que conviven con adolescentes de hasta 17 años, y dentro de los principales motivos de preocupación en el uso excesivo del celular, se mencionaron:
- que chateen con desconocidos (24.9%)
- que pasen casi todo su tiempo en redes (17,5%)
- que sean incapaces de dejar el celular aunque lo intenten (9,6%)
Tendencia a la ludopatía
Tres de cada diez adultos tuvo un comportamiento de apuesta (presencial o en línea) alguna vez en la vida. Se percibió una ocurrencia mayor en varones que en mujeres, mientras que la apuesta en línea es mayor en población joven (16%) y la apuesta presencial es más prevalente en personas mayores (33%). Además, la apuesta virtual suele hacerse en soledad y por motivos de diversión.
Consumo de sustancias
Alcohol. La tasa mensual de consumo más alta la reportan los más jóvenes (18 a 30 años). La ocurrencia de este consumo es mayor en condiciones socioeconómicas (NSE) más favorables. A pesar de eso, la posibilidad de consumo de riesgo es más alta en grupos de condiciones socioeconómicas bajas.
Tabaco. En este caso, se observa la prevalencia de vida más alta en personas mayores (60 a 75 años), mientras que la ocurrencia mensual presenta valores más altos entre los 31 y 44 años. La percepción de riesgo asociada al consumo de cigarrillos comunes es mayor que para los cigarrillos electrónicos.
Marihuana. El 34% de las personas consumió marihuana alguna vez en la vida, y el 12% en el último mes. En los más jóvenes y en un NSE medio alto, se observan las tasas más altas de prevalencia frente a sus grupos de comparación. La percepción del riesgo aumenta al evaluar prácticas de consumo de marihuana de frecuencia alta.
Cocaína. El 8% de los adultos la consumió alguna vez, indicador que presenta mayor incidencia en personas de 31 a 44 años, frente a los otros rangos. El 12% de la población general percibe un riesgo nulo o leve asociado al consumo ocasional de cocaína.
Ansiolíticos. Entre otras sustancias, los ansiolíticos o tranquilizantes presentan la prevalencia de vida más alta (13%). La ocurrencia es mayor en mujeres que en varones, y aumenta con la edad, con dos de cada diez personas mayores (60 a 75 años). Aproximadamente el 80% de la población percibe el riesgo moderado - alto del consumo regular de estas sustancias.
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