Es de público conocimiento que el ritmo circadiano regula varios procesos fisiológicos, como los ciclos de sueño y vigilia, ¿verdad? Bueno, resulta que, cuando este se ve alterado, especialmente en personas con trabajos nocturnos y rotativos, y más aún si son pacientes con depresión o ansiedad, hay una disminución en la dopamina y el trastorno se acentúa.
Este es el resultado de la investigación científica de Manuel Crespo, licenciado en Biotecnología e integrante del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), que resalta la importancia de, no solo dormir las 8 horas, sino de hacerlo en el momento adecuado. Pero veamos por qué no da lo mismo dormir de día y realizar actividades por la noche, y cómo Crespo demostró su conclusión.
Cómo funciona el sistema circadiano y qué es el jet lag crónico
En primer lugar, sabemos que el sistema circadiano regula el sueño, la secreción de hormonas, el metabolismo y la reacción a las recompensas naturales y basadas en medicamentos. Por eso, su alteración crónica, causada por la sincronización inestable con los horarios de luz-oscuridad, como sucede en el jet lag crónico, conduce a efectos fisiológicos adversos y diversas patologías. Es decir; está asociado a los cambios en el estado de ánimo y comportamientos depresivos en humanos y roedores. ¿Roedores? Sí, claro, porque la investigación se realizó experimentando con ellos.
Así, se confirma que la desalineación entre el sistema circadiano y el horario de luz/oscuridad provoca síntomas tales como la fatiga excesiva, la disminución de la cognición, desajuste gastrointestinal y disminución de la coordinación psicomotora. Si además es crónico, entonces aumenta el riesgo de patologías graves como el cáncer, diabetes y obesidad, el síndrome metabólico, enfermedades cardiovasculares y hasta mortalidad prematura.
“Uno de los factores que tienen las personas con depresión es la falta de motivación: hay menos ganas y fuerzas para hacer cosas porque no hay algo que los estimule o que les genere una recompensa. Está demostrado que dormir menos de ocho horas repercute en estos cuadros, pero lo que yo quería ver es cómo el desajuste constante del sueño puede acentuar el trastorno”, contó Crespo en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ. “Lo que encontré, justamente, es que el jet lag crónico intensifica la depresión porque afecta directamente al sistema motivacional. La presencia de dopamina de aquellos ratones sometidos a un jet lag crónico era muchísimo menor que los que dormían en horarios adecuados”.
Por eso la mira está puesta en ciertos puestos de trabajo, en los que el jet lag es sostenido. Es el caso de los pilotos, los tripulantes de cabina, el personal de un boliche, quienes trabajan en turnos rotativos, nocturnos o en guardias médicas.
Los ensayos
Para comprobar el efecto del jet lag crónico y los mecanismos que desencadena, Crespo realizó el procedimiento en ratones, alterando los patrones de luz y oscuridad y contrastando con un segundo grupo de control.
“Estos animales duermen cuando hay luz y tienen actividad cuando hay oscuridad. El modelo de jet lag crónico que utilicé fue adelantarles seis horas de luz cada dos días, es decir, no duermen menos sino que en horarios incorrectos. Luego, los expuse a una prueba motivacional que consiste en que ellos deben apretar una palanca para así recibir un alimento como recompensa (estímulo)”, relató el científico.
De ese modo, comprobó que los ratones con el horario alterado presionaban menos la palanca para recibir su recompensa. Esto se debe a la disminución en la motivación para la recompensa de alimentos y, al contrario, un incremento en la ansiedad, la anhedonia y el comportamiento depresivo. Esto se oponía al otro grupo de ratones que seguía con su horario normal y estaban motivados para recibir el alimento.
Después de ocho semanas en las mismas condiciones, sometió a los animales a análisis cerebrales, y advirtió que los que estaban sometidos al jet lag crónico tenían menor presencia de dopamina.
Esto nos demuestra que, claramente, el sistema motivacional se ve afectado ante el desequilibrio de nuestro reloj interno causado por el jet lag crónico. Recordemos que los experimentos se suelen realizar en ratones debido a la similitud genética que compartimos, y su capacidad reproductiva en corto tiempo, entre otras ventajas. Eso nos acerca a resultados que pueden trasladarse fácilmente a humanos.
Es para tener en cuenta, ya que según evidenciamos en esta nota de Xataka Argentina, nuestro país encabeza actualmente el mayor índice de estrés y de afectación en la calidad del sueño, del total de 39 países estudiados.
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