Los recientes cambios en las políticas de expresión y comunicación de Meta han dejado que hablar a muchos y preocuparon a otros sectores. Aunque Zuckerberg sostiene que tratará todos los temas con responsabilidad, se han dado a conocer comentarios y dichos deshumanizantes que, a partir de ahora, estarán permitidos en las plataformas.
El anuncio hecho por el CEO está más apuntado a un sector político que a otro, por más que este se quejara del mundo gubernamental en general. ¿De quién hablamos? De la derecha. Muchos de estos discursos y cambios, con su próxima asunción como Presidente, parecen estar hechos para Donald Trump.
Traer de vuelta el Civic Content (Contenido Cívico) y quitar los Fact-Checkers (Verificación de hechos) es una forma de responder a esta “censura” que sostenía el empresario durante todo su video. Afirmaba que los Checkers controlaban y regulaban el contenido según sus intereses, los cuales parecían estar alineados, para él, con la izquierda.
Sin embargo, como sostiene Renée DiResta, “el contenido etiquetado no es censura. Es agregar más expresión al contextualizar la información sobre el contenido que permanece en línea. Informa al espectador, que sigue siendo perfectamente libre de ignorarlo”.
Renée DiResta es una profesora y escritora estadounidense que se dedica a estudiar la desinformación, los trolls, el spam y las estafas en línea. Sus estudios se han enfocado a todo tipo de manipulación que existe en internet y que hacer ante ellas.
A su vez, las notas de la comunidad utilizarán los mismos datos que los Fact-Checkers para las publicaciones o comentarios que den información falsa o engañosa. Entonces, ¿cuál es el problema? La presión de grupos conservadores sobre la falta de espacios para su comunicación.
El discurso “censurado” más libre del mundo
Desde el primer mandato de Donald Trump, la derecha internacional ha sido la respuesta para sectores de la población que no se encontraban identificados en ningún espacio o, también, ha permitido que ciertos temas se encuentren más presentes en las agendas y se consideren normales. Los gobiernos de Javier Milei y Giorgia Meloni son claros ejemplos.
Y a pesar de que todos los discursos de este lado de la política no son iguales, cierto espectro resuena más por su contenido y ahora las aplicaciones pertenecientes a Meta lo replicarán sin consecuencias:
- “Los inmigrantes son unos sucios y asquerosos pedazos de mierda”
- “Una mujer trans no es una mujer, es un hombre patético y confundido”
- “Soy un racista orgulloso”
- “Todo este asunto no binario es inventado. Esas personas no existen, solo necesitan algo de terapia”
- “Los gays son fenómenos”
- “Los judíos son claramente más codiciosos que los cristianos”
- “Dios creó dos géneros, las personas ‘transgénero’ no son algo real”
“Lo que estos cambios indican es un retroceso de la responsabilidad hacia los usuarios en favor de apaciguar preventivamente a los críticos políticos vocales”, sostiene Renée Diresta.
Esta modificación, que no solo replicará estos comentarios, significará un aumento en los ataques a grupos minoritarios como transexuales, discapacitados e incluso migrantes que habían conseguido más espacios de comunicación y una lucha activa por sus derechos y salud.
Sin embargo, a pesar de los logros obtenidos, la Campaña de Derechos Humanos declaró durante el 2024 el estado de emergencia en Estados Unidos para toda la comunidad transgénero. Incluso, según Platformer, medio que se encargó de recopilar información sobre delitos a estos sectores, encontró que durante 2023, en EE. UU. hubo más de 2.800 crímenes de odio.
“Creemos que las personas se expresan y se conectan entre sí con mayor libertad cuando no se sienten atacadas por quiénes son. Por este motivo, no permitimos conductas que incitan al odio en Facebook, Instagram o Threads”, sostiene Meta en su Centro de Transparencia, una declaración que no solo es contradictoria, sino también se echa a perder por querer quedar bien con la política a la que criticaba.
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