En Argentina, tras dos meses de la prohibición de celulares en clases, los niños se concentran mejor... pero también se aburren más

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A principios de agosto del 2024 se anunciaba que las 2.291 escuelas porteñas, públicas y privadas de la Ciudad de Buenos Aires (CABA) iban a tener que ceñirse al nuevo decreto aprobado por el Ministerio de Educación del distrito, que consistía en la (casi) prohibición del uso de celular en las escuelas. A dos meses de su implementación, un relevamiento comprobó su efectividad.

Alrededor del 60% de los estudiantes encuestados, dijeron que prestan más atención en clases, pero también se aburren más. Y esa es una percepción que también comparten los docentes. Así lo recoge un informe que se llevó a cabo de la mano de la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa (UEICEE), que depende del ministerio porteño.


¿Qué dicen los alumnos y alumnas?

El ministerio compartió los datos desde sus redes sociales, junto a un texto que habla de las motivaciones de la medida:

"Desde el @educacionba estamos poniendo foco en este tema por el impacto que el acceso a pantallas desde edades muy tempranas está generando en la salud de los niños. Está comprobado que afecta el sueño, el desarrollo del lenguaje, aumenta su ansiedad, disminuye la sociabilidad. Por el constante uso de pantallas los chicos juegan menos y esto repercute en su desarrollo; el juego en edades tempranas contribuye a establecer vínculos saludables, explorar el mundo, a ampliar sus sentidos; por eso el jardín de infantes es clave en su trayectoria educativa".

El informe oficial parte de una encuesta a 4.082 estudiantes, 150 docentes, todos de tercer año, y 40 directivos, en la que se buscó valorar qué pasa en las aulas con relación a la resolución N.° 2024-2075-GCABA-MEDGC que restringe el uso de los celulares durante las horas de clases y los recreos para alumnos de primaria y secundaria.

En el caso de las primarias y jardines de infantes, el límite es sumamente estricto, casi llegando a prohibirlo. En estos niveles no se permite el uso de dispositivos digitales personales en clase, a no ser que sea con fines educativos y bajo las condiciones establecidas por la docente, en actividades previamente planificadas. Por supuesto, hay excepciones a la regla que consideran situaciones particulares como los alumnos con algún tipo de discapacidad.


Qué dicen los docentes

Por otro lado, la encuesta no se limitó a explorar solo las opiniones de los alumnos, sino que también hizo foco en las de los docentes de materias como Matemática, Físico Química, Historia, Lengua Extranjera y Lengua y Literatura.

En ese sentido, más de la mitad de los educadores también refirieron que los estudiantes prestan más atención en clase (56,2%) y también que se relacionan más con amigos durante su estadía en las instituciones (40,5%), pero, claro, también perciben que se sienten "más aburridos" (25,6%).

4 de cada 10 respondieron que en casi todas sus clases tienen que interrumpir la enseñanza por el uso de los celulares por parte de los alumnos (38,7%).

8 de cada 10 docentes indicaron que los estudiantes tienen permitido utilizar el celular en clase, pero en situaciones específicas y autorizadas por ellos.

El 96% de docentes considera que el uso del celular es una problemática que dificulta la atención y participación en el aula.

Respecto a la implementación de la medida, 7 de cada 10 docentes refirieron que en sus establecimientos ya se confeccionó la regulación interna y, por otra parte, apenas el 5% dijo que aún no habían comenzado su elaboración.

Lo cierto es que la iniciativa es una tendencia mundial, en países en los que legislaciones similares regulan la utilización de las pantallas, como es el caso de Francia, España, Alemania, Estados Unidos, China y Noruega. En algunos, hasta se prohíbe por completo ingresar con celulares a las escuelas.

Las datos relevados parecen confirmar que la norma tiene sentido: el celular sí es un elemento de distracción.

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