Mientras los intereses económicos negocian con los Estados, el planeta arde y las especies van camino a extinguirse más rápido que nunca. El ecosistema no encuentra equilibrio, y las alarmas saltan en todos los laboratorios, pero no en todas las oficinas presidenciales. Javier Milei, presidente argentino, no se da por enterado.
En pleno 2025, el negacionismo del cambio climático está vivo y se instala cada vez más mediante relatos engañosos que pretenden deslegitimar el consenso científico internacional de que el calentamiento global avanza y es producto de la intervención humana. Es en este sentido que el presidente compartió en su cuenta de X una publicación de Peter Clack, periodista australiano que adhiere al discurso negacionista, comentando:
“CAMBIO CLIMÁTICO. Otra mentira que se cae… A los que fruto de caer en la falacia de la autoridad (por incapacidad para tener pensamiento crítico) aceptaron el verso del cambio climático, les digo que es mejor aceptar que les mintieron a insistir en el error…”. Y esta es solo una de las tantas veces que el presidente salió orgulloso a dejar clara su postura en público, y como representante de Argentina.
El presidente parece, así, jactarse de ignorar, entre otras cosas, que recientemente el Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S) confirmó que el 2024 superó el récord de 2023 y se convirtió en el año más cálido del registro global. Hay que decir, también, que la ola de calor que se vive en Argentina desde diciembre tampoco es muy normal que digamos.
¿De dónde viene el negacionismo y en qué se fundamenta?
Si bien los movimientos que niegan el cambio climático generalmente aceptan que hay una alteración extrema de las temperaturas a nivel global, argumentan que se debe a un ciclo natural (como la que acompañó y propició la extinción masiva de los dinosaurios, o los mamuts), en la que la actividad humana no tiene nada que ver.
Sin embargo, hay múltiples evidencias científicas que demuestran que el cambio climático actual es 10 veces más rápido que cualquier otro ocurrido hace 65 millones de años, que lleva más de 150 años en marcha y que es de origen antropogénico.
Cuando mencionamos el consenso científico mundial sobre el tema, nos referimos a que es prácticamente absoluto (99.996%) y que se encuentra generalizado alrededor de las estimaciones del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change). Esta se trata de una institución conformada por miles de científicos voluntarios de todo el mundo, seleccionados por su experiencia en su disciplina. Participan de ella climatólogos, oceanógrafos, biólogos y economistas, por nombrar algunos.
Limitar el aumento de temperatura promedio mundial a 1,5°C (aunque en 2024 ya se superó) por sobre los niveles preindustriales significa evitar una cadena de consecuencias sin solución para la humanidad y el ecosistema en general.
Cómo se mide el calentamiento global
Nada mejor para la desinformación que unos datos bien verificados. La realidad es que para medir un proceso tan complejo como lo es el sistema climático global, se utilizan muchos modelos diferentes que están calibrados a su manera.
La fiabilidad del resultado se da, básicamente, porque todos coinciden. Estos resultados nos indican que duplicar las emisiones de dióxido de carbono aumentaría la temperatura entre 2˚C y 4,5˚C, con una media de 3,1˚C. De ahí que el causante principal sean los gases de efecto invernadero (concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono y metano, principalmente), causados por actividades humanas.
Científicos nacionales contra el discurso negacionista
Ante el tuit del presidente, el climatólogo e investigador del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera de Conicet, Leandro Díaz, decidió explicar que, acomodar las variables para que muestren lo que uno quiere interpretar de los datos, no son evidencias que se puedan tomar como verdades. En cambio, dijo:
"Si tenés sentido crítico y ves un gráfico que no sabes de dónde sale para decirte que uno de los mayores consensos científicos es falso, sospecha que es mentira o una falacia de evidencia incompleta". Y allí inició un hilo sobre el calentamiento global y su origen.
"Si bien en el pasado hubo cambios importantes en el clima, se pueden explicar por mecanismos naturales (cambios en la órbita, actividad solar, volcánica, etc). Los mayores cambios estuvieron asociados con modificaciones drásticas de la vida en la Tierra y no hay evidencias de cambios tan bruscos en tan solo décadas", señaló.
"¿Qué cambió en las últimas décadas? La revolución industrial, la ocupación intensiva de la superficie terrestre, introdujo en la atmósfera grandes cantidades de gases que tienen la capacidad de retener parte del calor, exacerbando el efecto invernadero", reflexionó.
Y cerró su explicación opinando, también, acerca del lugar de Argentina frente a este problema de magnitud mundial.
¿Será que Argentina podrá, en los años venideros, hacer su parte y extirpar al negacionismo de sus políticas? Quizá, si las agendas de los países cambian, aunque sea un poco, aunque sea intentar algo a modo de fachada, y este país también hace su parte, los años perdidos no sean tantos y no se paguen tan caros.
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