Crece la tendencia a sufrir un ACV en adultos jóvenes de Argentina, pero hay un tratamiento que puede hacer la diferencia

Tomografia Acv
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Cada año, son 120.000 los argentinos que sufren un accidente cerebrovascular (ACV), y el tipo más frecuente –el isquémico, que es alrededor del 85% de las causasestá aumentando de forma alarmante en adultos jóvenes. La prevención solía dirigirse a mayores de 55 años, pero hoy las víctimas menores a ese rango van en alza. Se trata de una tendencia global enfatizada por factores de riesgo tales como la diabetes tipo 2, la hipercolesterolemia, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo y el alcohol.

Sin embargo, no todas son malas noticias: recientemente la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) ha aprobado un tratamiento temprano que acelera la recuperación y minimiza las secuelas.

Esta nueva droga debe administrarse dentro de las cuatro horas y media luego de la manifestación de los primeros síntomas.

Cada minuto cuenta. Un ACV sucede cuando se detiene el flujo sanguíneo a una parte del cerebro a causa de un coágulo (isquemia) o hemorragia. Al no poder recibir el oxígeno y los nutrientes que necesitan, las células cerebrales comienzan a morir, lo que puede derivar en un daño severo al cerebro, una discapacidad permanente e, incluso, la muerte. De hecho, se estima que mueren dos millones de neuronas por minuto, así que en muy poco tiempo se pueden producir secuelas irreversibles.

La Organización Panamericana de la Salud publicó una visualización interactiva que indica el nivel y las tendencias de la mortalidad y la carga de las enfermedades cardiovasculares en su conjunto, por edad, sexo y área geográfica (país, subregión y región) en la Región de las Américas desde el 2000 al 2019.

Cvd Mortality OPS. La carga de las enfermedades cardiovasculares en la Región de las Américas, 2000-2019. Portal de Datos de NMH. Organización Panamericana de la Salud; 2021.

Aunque no lo parezca, es una enfermedad altamente prevenible. Así lo condice el estudio Interstroke, realizado en 32 países y publicado en 2016 en The Lancet (DOI: 10.1016/S0140-6736(16)30506-2), que demostró que el 90% de la carga de enfermedad depende de factores de riesgo modificables, como lo son la hipertensión, la dislipidemia, el tabaquismo, una actividad física baja, la obesidad abdominal, causas cardíacas, dieta baja en ácidos grasos poliinsaturados omega-6, dieta rica en bebidas azucaradas, consumo de alcohol, diabetes y las temperaturas altas.


Síntomas

  • Dificultad para hablar y entender lo que otros están diciendo: una persona que tiene un accidente cerebrovascular puede sentir confusión, arrastrar las palabras al hablar o no entender el habla.
  • Entumecimiento, debilidad o parálisis de la cara, del brazo o de la pierna: a menudo, esto afecta solo un lado del cuerpo. Si un brazo comienza a caer, puede ser un signo de accidente cerebrovascular. Además, un lado de la boca puede caerse cuando trate de sonreír.
  • Problemas para ver en uno o ambos ojos: la persona puede tener visión borrosa ensombrecida, repentina en uno o ambos ojos o, incluso, ver doble.
  • Dolor de cabeza: un dolor de cabeza repentino de aparición súbita y muy intenso puede ser síntoma de un accidente cerebrovascular. El dolor de cabeza puede ocasionar vómitos, mareos o un cambio en el estado de consciencia.
  • Problemas para caminar: una persona que tiene un accidente cerebrovascular puede tropezar o perder el equilibrio o la coordinación.


Tratamiento: la nueva droga que actúa más rápido y logra prevenir secuelas graves

Hasta ahora, el tratamiento disponible (la alteplasa) para el ACV isquémico agudo se utiliza desde fines del Siglo XX y presentaba varias desventajas en comparación a la nueva droga (tenecteplasa).

La dificultad principal era su tiempo de vida media, que era de pocos segundos, por lo que su administración por goteo debía mantenerse durante una hora hasta que se vieran los efectos. Mientras, el ACV avanza y se vuelve cada vez más discapacitante. Tampoco era muy específica para disolver trombos, y terminaba habiendo mayor riesgo de hemorragias. En cambio, la tenecteplasa tiene una vida media de 22 minutos y su inyección por vía intravenosa, en lugar de durar un minuto, dura solo de cinco a diez segundos. Es más específica y capaz de disolver esos coágulos.

En Argentina ya se probó, y la primera experiencia estuvo a cargo de Virginia Pujol Lereis, subjefa del Servicio de Neurología Vascular de Fleni, que fue entrevistada por El Destape, a quien le confió su testimonio:

“A la paciente, una mujer joven, le fue muy bien, se recuperó completamente –cuenta la especialista–. Y el equipo de trabajo quedó muy contento con la facilidad y rapidez de administración”.

Por su parte, si bien los especialistas en el tema ven con optimismo contar con esta nueva opción terapéutica, destacan la importancia de desarrollar redes de ACV, con ambulancias preparadas para dar los primeros cuidados y derivar al paciente a centros con equipamiento y profesionales entrenados, disponibles las 24 horas, los 7 días de la semana.

El paciente debe recibir la medicación por vía intravenosa lo antes posible y hasta las 4 horas y media después de la aparición de los primeros síntomas del ACV. Luego, no hay esperanzas. Por lo tanto, actuar con velocidad y llamar a la ambulancia para que la persona sea llevada con urgencia a un centro asistencial preparado para atender estos cuadros puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, o entre una recuperación completa y secuelas permanentes.

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