La tuberculosis bovina es una enfermedad infectocontagiosa que se transmite a vacas, porcinos, ovinos, caninos e incluso al hombre por vías respiratorias y digestivas, teniendo como principal resultado la separación del ganado de su grupo y la muerte del mismo para evitar mayores contagios. Para no tener que pasar por estas posibles pérdidas económicas y grandes olas de contagios, el CONICET desarrolló un kit de testeo portátil y rápido.
El objetivo de esta nueva tecnología es que los dueños de los animales no tengan que esperar a que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) identifique a su rebaño como sospechoso o con presencia de tuberculosis bovina y que se tomen las acciones necesarias a tiempo. “Puede acarrear eventuales restricciones de movimientos y comercialización de su hacienda”, sostiene el gobierno nacional.
Argentina es un país conocido por la calidad de su carne y las grandes cantidades que exporta a diferentes partes del mundo, es por eso que, desde 2012, con la Resolución N.º 128 del Senasa fortalecen los cuidados y acciones contra esta enfermedad.
A partir de ahora, este trabajo será mucho más sencillo gracias a los esfuerzos realizados por los especialistas de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNCR) y de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) que ya pasaron las etapas de prueba y solo dependen de conseguir inversionistas que los ayuden a producir el kit en masa.
Funcionalidad y beneficios de la nueva tecnología
Consta de un sensor portátil basado en un electrodo impreso que une los anticuerpos a la superficie para luego modificar las propiedades eléctricas de ese espacio. Con estas variaciones determina la presencia de anticuerpos y la cantidad de los mismos de manera rápida y precisa.
“Los resultados obtenidos demuestran que esta herramienta es capaz de detectar de manera rápida y precisa la presencia de tuberculosis en el ganado. Sin embargo, para llevar esta tecnología del laboratorio al mercado y hacerla accesible a los productores y veterinarios, es esencial contar con inversores dispuestos a financiar su escalado y producción en masa”, afirmaba Molina.
La metodología anterior consistía en un ensayo de tuberculina (de carácter cualitativo) y que se potenciaba de un ensayo de ELISA (carácter cuantitativo) que ya se estaba convirtiendo en una estrategia convencional y no del todo fiable. En comparación, este kit es transportable, más económico, requiere menos solventes y es, únicamente, de carácter cuantitativo.
“Por estas razones, es fundamental contar con herramientas efectivas, económicas y de fácil aplicación que diagnostiquen de forma temprana la bacteria Mycobacterium bovis para así dar el tratamiento necesario y oportuno a los bovinos”, sostenía Pablo Fiorito, investigador del CONICET.
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