En el sistema judicial de Argentina, la inteligencia artificial ya era conocida antes de la llegada de Chat GPT, Midjourney o Apple Intelligence. Prometea fue el primer sistema de inteligencia artificial predictivo de América Latina aplicada a la administración pública y que desarrolló la Ciudad de Buenos Aires (CABA).
Desde su implementación, la herramienta redujo a un minuto los 90 que tardaba la resolución de pliegos de contrataciones; procesos de requerimientos de juicios tardaban 167 días a los 38 días que lo hacen ahora; amparos habitacionales duraban en proceso 190 días a 42 días en la actualidad.
Los ahorros de tiempo y mejoras en procesos burocráticos no solo permitieron la realización de más tareas y con menos personas, también reestructuraron el sistema de actividades a uno donde se privilegia el pensamiento crítico y la toma de decisiones. Así, los jueces, fiscales y abogados pueden encargarse a fondo de casos más complejos.
La inteligencia artificial está permitiendo a nivel nacional que todos los procesos sean más sencillos y rápidos. Muchos profesionales los están aplicando para redactar textos, solicitudes de información e incluso encontrar jurisprudencias. Aunque aclaran que no van a ser remplazados, es un trabajo en conjunto donde se facilita el acceso a ciertos elementos.
¿Cómo funciona Prometea?
La herramienta surgió al Argentina no haber logrado avances significativos en el uso de la tecnología. Dentro de la región, Brasil, México y Uruguay son algunos de los pocos países donde más del 50% de trámites se pueden iniciar en línea, mientras que en Europa la cifra alcanza un 81%. Ante esta desventaja y falta de actualización es que se empezó a trabajar en una mejora del sistema.
Uno de los principales problemas que tuvieron desde la Fiscalía de CABA es cambiar la cultura del material físico de las instituciones estatales y su miedo a la innovación. También, existió un temor por parte de los trabajadores a recibir una sanción si el uso de Prometea no era el correcto.
Por eso se desarrolló un sistema que facilita el trabajo en muchos aspectos. La inteligencia artificial le solicita al fiscal, juez o abogado información sobre el caso específico, luego le arroja leyes relacionadas con el mismo y una predicción del modelo de dictamen que debería darse. El encargado revisa los datos arrojados y confirma si los mismos son adecuados.
Cuando fue puesto en marcha en 2017, de 452 casos revisados, realizó un dictamen correcto en el 92,2% de los casos; en un 6,7% no hubo acuerdo con los fiscales y en otros 5 el acuerdo fue parcial entre las partes.
E incluso hay casos en los que Prometea realiza soluciones jurídicas automáticas:
- Amparos habitacionales
- Bonificaciones no remunerativas relacionadas con el empleo público
- Ejecución de multas no ejecutoriadas
- Denegación de licencia de taxi con antecedentes penales.
La IA ya resolvió su primer caso en Rosario
Una de las razones por las que estas herramientas tienen más espacios en la justicia, es por el fallo que dio el juez Marcelo Quaglia a favor de los vecinos de Santa Fe. Utilizó a Meta IA para consultar las formas en las que se cumple el "derecho al acceso al agua" contra la empresa Casino City Center.
Compañeros de Quaglia apoyaron su accionar, pero a la vez resaltaron que la inteligencia artificial no debe ser considerada palabra santa. En su contra, destacaron que muchas veces puede ser reflejo de comportamientos y pensamientos sociales que no ayudan a la justicia.
Bajo este contexto, el Ministerio de Justicia de la Nación abrió durante el mes de abril el Programa Nacional de Inteligencia Artificial en la Justicia, enfocado en modernizar los procesos judiciales y administrativos.
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