Recientemente se produjo una vulneración al sistema de administración de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) que, al estar unificado, terminó afectando a todas sus sedes a lo largo del país. El personal, compuesto de investigadores y científicos, entró en pánico al perder el acceso a toda la información que guardaban en el sistema.
Trascendió que la CNEA presentó una denuncia penal para que la Justicia investigue lo ocurrido. El incidente dejó inactivo el servidor de internet y, por unos días, los empleados tuvieron que acudir a su lugar de trabajo con sus propias computadoras. El corte de la red afectó también al Instituto Balseiro y la fundación Intecnus, empresas que comparten el mismo predio.
Hay preocupación en el sector, dado que el ataque podría haber puesto en jaque al Carem 25, el mini reactor nuclear que promueve el uso de la tecnología de fisión para generar energía libre de dióxido de carbono, y al Reactor Multipropósito RA-10, construido para el autoabastecimiento de radioisótopos de uso médico. Todas tecnologías de punta que se desarrolla en muy pocos países, por lo que se trata de información importantísima a nivel mundial.
De hecho, el país ya ha exportado reactores a la India y a Países Bajos, por ejemplo, y también produce materiales de investigación para el exterior. Algo que, probablemente, no podría haberse logrado sin los 70 años de aporte estatal que consolidaron la industria nuclear nacional.
De todos modos, para calmar las aguas, según el comunicado enviado a trabajadores de la CNEA, se afirmó que "en ningún momento estuvo comprometida la seguridad de las instalaciones nucleares y no se ha difundido información sensible" y que el "incidente ha sido contenido".
A decir verdad, y con los pies en la tierra, lo sucedido tiene que ver con la desinversión en el área de ciberseguridad. La administración pública ha sufrido varios ataques en lo que va del año. A principios del 2024, un grupo de hackers ingresó a la base de datos de la Agencia de Seguridad Vial y extrajo más de cinco millones de licencias de conducir, entre las que se encontraban la del presidente, el ministro de Defensa y la ministra de Seguridad. Luego, En febrero, también se robaron de más de 80 mil claves fiscales de AFIP y miles de fotografías del Registro Nacional de las Personas.
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