Se trata de la empresa Obras Sanitarias Sociedad de Estado (OSSE) de Mar del Plata, la cual ante los constantes robos de los medidores de agua en las casas de los vecinos decidió implementar nuevas tecnologías para solucionar el problema.
Los medidores de agua de todas las viviendas de Argentina están hechos con cobre o con latón (aleación de cobre y zinc), metales que se venden a buen precio o se pueden fundir para luego reutilizarlos. Los delincuentes suelen atacar de noche para que ningún vecino los vea y, con una sierra, cortan el controlador. Esto hace que se generen perdidas de agua y los hogares se queden sin servicio hasta que lo cambien.
En consecuencia, y en el marco del plan de actualización de la infraestructura existente, OSSE remplaza los medidores de agua por otros nuevos compuestos totalmente de material plástico, con cero valor de reventa.
“Comenzamos en el año 2022 con el recambio y a la fecha llevamos dispuestos algo más de 2.000 equipos en diferentes sectores de la ciudad. Son artefactos de alta confiabilidad que se adoptaron para evitar las sustracciones que se dan en las grandes ciudades”, explicaban desde la empresa estatal.
Esta es una realidad que no solamente se da en los partidos de la costa de Argentina, sino en todo el país. No solo implica un problema para las personas y derroche de un recurso tan importante para el día a día, también los trabajadores deben reestructurar sus agendas para resolver de inmediato este tipo de emergencias.
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